Nueva York me había acogido y seducido, haciéndome sentir como en casa y, a la vez, en un lugar fuera del mundo, en el centro del mundo, que no dejaba nunca de maravillarme.
Rhapsody in Blue. Andrea Serio. Traducción Julia Osuna Aguilar. 2021. Sapristi.

Uno de los eternos debates, o de las eternas cosas que se dicen sobre los adolescentes, es que no leen. Que no tienen el hábito, que no saben leer, que no se implican, que no tienen capacidad de concentrarse, que si ahora todo son pantallas y un largo etcétera que seguro que podríamos llenar hasta el infinito y más allá.
Pero, ¿y si le damos la vuelta a la premisa? ¿Y si lo que les damos a leer nos les interesa? Es decir, no leen (y esto deberíamos matizarlo muchísimo) lo que nosotros, adultas y adultos con toda nuestra mochila de conocimientos, queremos que lean.
Y si debiéramos partir de la pregunta: ¿Qué les gustaría leer a los/las adolescentes?
Ayer en el club de lectura para mediadoras que hacemos de forma virtual, ésta fue una de las preguntas que nos fue acompañando. Y mientras escuchaba a un grupo de mujeres sabias, pensar y reflexionar sobre el tema, también pensaba, quienes les damos a leer, ¿les ofrecemos y nosotros leemos libros que pueden interesar a los jóvenes? ¿Somos todo lo transversales que deberíamos ser? ¿Les ofrecemos espacio para que se expliquen, charlen, debatan, relacionen esa lectura que les interesa y por qué?
Sí que hay espacios, claro que los hay, institutos, bibliotecas escolares y públicas, librerías… pero hacen falta muchos más. Y muchos más convencidos y combatientes leyendo lo que ellos leen y, lo más importante, escuchando todo lo que tienen que decir.
Y yo, he venido a escribir sobre un libro que creo que muchos jóvenes quisieran leer (no soy vidente ni sabionda, hice la prueba en casa con el adolescente exigente a la hora de leer)
Hace una semana le escribía a Octavi, el editor de Sapistri, porque llegó un libro de su sello a la librería y el flechazo fue instantáneo. Gracias, Octavi, por poner en mis manos este Rhapsody in blue.
Mi primera relación fue pensar que era un libro sobre jazz, o con jazz de fondo, la imagen de la tapa tampoco me acababa de dar todas las pistas, pero si muchas, un hombre y una mujer, ella dos pasos detrás de él, de espaldas, una pista de patinaje sobre hielo, dos rascacielos… Nueva York sí o sí. Y en la contratapa, un plano muy Hooper, los dos personajes que teníamos de espaldas sentados y mirando por la ventana de un dinner.
Pero, pero… qué historia que esconde. Abrir el libro y perderte dentro. No hay una línea temporal narrativa cronológica: todo se inicia en la cubierta de un transatlántico de vapor noruego requisado por los Estados Unidos. Allí un grupo de soldados espera llegar al frente. Y estamos en diciembre de 1944.
El azul del mar, tan profundo, despierta la sensación de miedo, la misma que debían sentir esos soldados. El lápiz de Andrea Serio es maravilloso. Te transporta.
Pero volvamos a la historia. En las primeras páginas descubrimos a Goldstein, uno de esos soldados. Y en el siguiente capítulo descubrimos que toda esta historia mínima empieza en Medea (Italia) en el año 1938.
No solo Hitler tuvo la mala idea de declara a los judíos culpables de todos los males del universo, también lo hizo Mussolini (no nos olvidemos) entonces ministro del rey Víctor Manuel, que en ese año 1938 hace un real decreto para que los judíos no puedan acceder a ser maestros o profesores, tampoco podrán inscribirse en las escuelas públicas, ni en las Universidades. Empieza el acecho. Goldstein, un joven que sólo quiere tirar para delante, ir a un baile, y besar a la chica de sus sueños, finalmente emigra a Estados Unidos porque el acecho lo tiene a tocar. Y después se enrola en el ejército. Para volver a Italia a combatir el fascismo.
Adrea Goldstein será Edward Goldstein en Nueva York, dónde consigue un trabajo en un hospital judío de la ciudad (el actual Mont Sinai) y ser aceptado en la Universidad. Pero, así como él se integra y penetra en la sociedad de su nueva ciudad, el fascismo y el nazismo penetra en Europa para demolerlo todo. El clic para ir a la guerra, para enrolarse.
Y Rapshody in blue ¿a qué viene? Aquí lo mejor para una historiadora escondida como yo. En la fase del entrenamiento, Andrea escribe una carta a su prima Cathy y en ella dice: “estoy escuchando ahora Raphsody in blue. No podría haber escogido nada mejor para acordarme de Nueva York.”
Ya expliqué muchísimas cosas del libro, decirles que lo mejor está al final. La carta existió. Goldstein es uno de tantos que luchó para plantar cara a los fascistas. Y aquí la novela se te clava en los huesos.
El nivel tanto textual, como narrativo, esa desfragmentación de la línea de tiempo, esos silencios, todo lo que no dice, y todo lo que nos hace mirar. Un trazo exquisito de Andrea Serio, como con un lápiz de color se puede llenar así la mirada del otro. Un regalo de miradas, la suya y la nuestra.
Y dicho todo esto y volviendo al inicio me pregunto: ¿quién se anima a ponerlo en las manos de un o de una adolescente? Yo lo probé. La respuesta fue contundente: esto sí que me interesa. Este libro me habla. Este libro es para mí, este libro es una clase de historia en la intimidad, mama, ¿me lo puedo quedar?
–>Rhapsody in Blue. Andrea Serio. Traducción Julia Osuna Aguilar. 2021. Sapristi Comic.