Vacaciones

Llegó ese día tan esperado, ese que cierra un ciclo, que marca un compás de espera, y que augura un allegro cargado de buenos recuerdos a punto de construirse. Llegan las vacaciones.

Y, para mí, uno de los momentos de hacer una pausa, de hacer un pequeño balance, de mirar atrás (no lo puedo hacer cuando se acaba el año y ese es mi momento bisagra) y de hacer una de las cosas que más me gustan: pensar qué libros voy a meter en la maleta para que me acompañen los siguientes días.

En los últimos días, fuimos dejando pistas de libros para la maleta, de inicios de libros que nos llevaríamos en la maleta. Porque la lectura también se asocia a el verano. Yo no puedo olvidar ese verano que entre arena y viento leí El Señor de los anillos y aquel verano largo y aburrido que descubrí a Alicia.

A partir de todo esto, del verano como momento de pausa, de aburrirse, de descubrimiento y de recuerdos, Blexbolex (Douai, 1966) construye un álbum que se escapa a cualquier tipificación. Una es la que claramente lo engloba, un álbum sin palabras. Construir gráficamente una historia sin una palabra, sin que el texto entre en el juego de la narración, y con los elementos de la ilustración dar sentido narrativo, ritmo, narrador y personajes.

Y un libro que se lee de guarda a guarda, porque allí se esconde una de las claves de la lectura de esta locura de 128 páginas.

Una niña, un abuelo, unas vacaciones en que el tiempo se detiene y parece que las manecillas del reloj se mueven mucho más despacio y el tiempo se rige como por un temporizador interno y en que el cielo marca los espacios del día, sabiendo que cuando cae el sol, hay que ir a dormir -o no-.

Una casa, un tren que llega, un extraño pasajero a quien esperar, un pequeño elefante y escenas en donde el día y sus cosas y la noche y sus sueños juegan con el lector. Un libro para ir hacía delante y hacía atrás, porque en cada relectura se esconde una lectura nueva. Unas vacaciones que ponen a prueba la fantasía del lector y la imaginación del autor.

Un libro, un reloj, una niña, un elefante y unas vacaciones. Y ni una sola palabra, pero mil recuerdos hechos papel.

Blexbolex explicó en una entrevista que tardó 4 años en darle forma a este libro, que fue el merecido ganador de la Pepite d’or en la última edición de la Ferio del libro infantil y juvenil de Montreuil -Francia. 4 años de tramas sobre el papel (gracias Pedro por descifrar que era una trama offset) y de dibujo en formato digital para explicar qué, cómo y por qué las vacaciones de esta protagonista serán claves en su vida. Blexbolex da la impresión en sus encuentros con lectores de ser un hombre de pocas palabras, con un sentido del humor curioso, una ironía que se escapa en sus libros y en este, realmente, se supera sin dejar de ver su huella.

Llegan las vacaciones para nosotros también, no nos acompañará un elefante, pero quién sabe con qué recuerdos volveremos. Si sabemos que volveremos con muchas ganas de continuar leyendo y de crear recuerdos que se escondan en libros, que nos remitan a nuestras lecturas, de seguir creciendo al lado de todos ustedes. Y de más lectores que se quieran sumar al libro de nuestra librería.

Con vacaciones decimos hasta bien prontito, que nos vamos a la sombra de un árbol a ver pasar la vida con nuestros pequeños al·lots y a crear recuerdos para guardar en una cajita para que, en los días más difíciles, sólo tengamos que abrirla para dibujar una sonrisa, respirar y seguir adelante.

Vacaciones y un libro para recordar esos recuerdos de días de pausa.

–>Vacaciones. Blexbolex. 2017. Libros del zorro rojo.